jueves, 2 de septiembre de 2010

9.

Subí las escaleras hacia mi habitación, cogí algo de ropa seca y me metí en la ducha. Cuando salí, bajé las escaleras y me encontré a Noelia haciendo la cena. La ayudé y despues comenzamos a cenar, aun que solo eran las 6.
Y esa fue nuestra rutina. Quedabamos con los chicos las tardes que tenian libres y a veces, venían a casa a cenar, a comer, o a ver una película. Pasaron dos meses, que fue suficiente para habituarnos a la vida en Londres. Una mañana de Agosto, me levanté bastante tarde. Bajé las escaleras bostezando y me encontré con algo que, aun que llevaba 2 meses viendo, me revolvía el estómago. Danny Jones estaba sentado en la encimera de la cocina, con una camiseta blanca y un pantalón corto. Cuando llegué abajo, comprobé que Harry, que se había convertido en uno de mis mejores amigos, estaba sentado junto a Tom y a Noelia.
-Buenos días, dormilona -dijo Danny, abrazándome.
-Hola -miré a mi alrededor-. ¿Dónde esta Doug?
Danny sonrió y alguien me tapó los ojos por detrás, me dió un sonoro beso en la mejilla y se rió.
-Tardabas mucho en preguntar por mí -dijo sonriendo.
-Quizás porque no todo gira a tu alrededor, Douglas -Utilizaba su nombre completo cuando me enfadaba o cuando quería fastidiarle.
Puso una mueca de desagrado y después me soltó.
Me dirigí al salón y me senté en las rodillas de Harry.
-Esto solo puede significar dos cosas: O que Danny te a hecho algo, o que quieres mucho al menda -dijo Harry.
-Lo segundo. De momento Danny se está portando bien.
-De momento, tu lo has dicho -dijo Danny.
Le saqué la lengua y me reí.
-¿Te vistes? Ibamos a ir a dar un paseo, o a comer como cerdos por ahí -dijo Dougie.
-Me apunto a lo de dar un paseo...Pero lo de comer como cerdos se lo dejo a Danny.
-Já, graciosa -dijo revolviendome el pelo.
Subí las escaleras a toda prisa y dejé la puerta entreabierta. Me cambié de ropa y cuando iba a salir, Dougie entró y cerró tras él.
-Quería hablar contigo -dijo.
Se sentó en la cama y me cogió de la mano.
Me senté junto a él.
-Verás, es que...Mira, Chris...Me pones. Me pones muchisimo. Y no se... Creo que no puedo aguantar más, así que... No sé, yo...
Le callé con un beso. El beso más esperado de toda mi vida. Él me apretó contra sí mismo y metió su mano por la falda que me acababa de poner.
-No, ahora no. Te recuerdo que hay cuatro personas esperando abajo. Esta noche lo hablamos -dije. Me levanté y le cogí de la mano.
Bajamos las escaleras y poco después nos marchamos de allí.
Noelia estaba feliz, muy feliz. En los dos meses que llevaba viviendo con ella no la había visto tan radiante.
Mientras andabamos por la calle, Harry me rodeó con un brazo, mientras me levantaba en peso. Tom, como no, sacó una foto con su cámara.
Había hecho una especie de recuento de las fotos que tenía con cada uno de los chicos, y el resultado estaba así: Harry: 37 Danny: 36 Tom:30 Dougie: 55.
Tom se acercó a mí y se echó una foto conmigo y con Dougie. Después Danny, fiel a su tediosa tarea de fastidiarme, me tiró agua por encima, mientras Noe lo fotografiaba.
Danny tenía una pequeña obsesión conmigo y con el agua. Pero bueno, me daba igual mientras el siempre se llevara su parte.
En el último momento, golpeé la botella de modo que el agua que quedaba mojó su cara y su camiseta.
-Cabrona -susurró quitándose el agua de la cara.
Miré a Dougie, que como siempre, estaba haciendo el tonto. Pero esta vez se estaba superando a si mismo en lo que a gilipolleces se refiere. Corría detrás de un perro, ladrándole como si hablara con el. El perro le enseñaba los dientes. En el momento en el que yo miré, Dougie estaba tirado en el suelo boca arriba y agitando manos y piernas, como si fuera una cucaracha.
Me reí. Era infantil, sí. Pero le quería.

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