jueves, 2 de septiembre de 2010

6.

Nada más entrar en la calle, el nudo del estómago se hizo más fuerte. Lo sucedido esa mañana aún me parecía irreal e increíble. Me bajé del taxi mientras Noelia pagaba y miré todas las casas.


-Esa es la nuestra –susurró mi amiga.

Miré en la dirección que ella me indicaba y vi una casa roja, como no, con una piscina en uno de los laterales y un gran jardín.

Un hombre nos esperaba bajo un gran paraguas.

-Hola, señoritas. Espero que el vuelo haya sido de su agrado –dijo.

-Si, lo ha sido –dijo Noelia.

-Pasen, por favor. Les enseñaré la casa.

Abrió la puerta y pasamos tras él. Era una casa espaciosa y estaba bien amueblada. Nos todos los rincones de la vivienda y después se marchó.

Elegimos habitación y después, bajamos a la cocina. Abrí el frigorífico, pero estaba vacío.

Nos pusimos a ordenar nuestras cosas en los armarios. Deshicimos las maletas, colocamos nuestros neceseres en el baño, limpiamos un poco…

Unas horas después de llegar a la casa, cogí mi monedero.

-Noe, voy a ir a hacer la compra –dije cogiendo un paraguas.

-¿Quieres que te acompañe? –preguntó ella.

-No, mejor quédate. No tardaré –abrí la puerta y encendí el Ipod.

Caminé calle abajo y giré a la derecha. Seguí andando bajo el paraguas, mientras sonaba Corrupted. No me lo podía creer. ¡Había conocido a mis ídolos! Vale, me había desmallado, pero lo importante es que pude tocarles. Fue la sensación más alucinante del mundo.

Entré en un pequeño supermercado y me dispuse a comprar. Compré pizzas congeladas, huevos, pasta, pan de molde, mantequilla, leche, café, productos de limpieza, zumo, chocolate y algunas cosas más.

Pagué y me marché. Coger el paraguas se había convertido en algo imposible, así que lo mantuve bajo el brazo y cogí las bolsas. Mi Ipod estaba en un bolsillo de la chaqueta, protegido del agua. El asa de una de las bolsas se rompió, y el contenido de ésta estuvo a punto de desparramarse por el suelo. Me paré, calada hasta los huesos.

-¿Necesitas ayuda…otra vez? –dijo una voz a mis espaldas.

Me revolví y vi a Harry.

Sonreí.

-Si, la verdad es que no me vendría mal –dije tiritando.

-Vale, toma ponte esto –dijo pasándome su chaqueta- ¡Chicos!

Danny, Dougie y Tom doblaron la esquina, cada uno con un paraguas negro.

Me ayudaron con las bolsas, aunque la palabra no es ayudar precisamente. Pese a que me negué, los chicos cargaron con todas las bolsas. Después de quejarme un buen rato, abrí mi paraguas y conseguí que me dejaran una bolsa. Harry caminaba a mi lado, con una camiseta gris de manga corta. Sus abdominales se adivinaban bajo la fina tela.

-¿A quién se le ocurre salir a hacer la compra sin coche un día lluvioso en Londres? –Preguntó Dougie pasando un brazo por mis hombros.

-A los extranjeros…y a Chris –comentó Danny.

-Ja ja, vale podéis reíros –dije. Y lo hicieron, vaya que si lo hicieron.

Llegamos a la puerta de mi casa y saqué la llave.

-En serio, chicos. Muchas gracias –dije entrando en casa.

Mantuve la puerta abierta, hasta que ellos entraron.

-No las des –dijo Tom.

Noelia apareció ante nosotros y la miré.

-Dios mío, no puedo acostumbrarme –dijo mirando a los chicos.

Les quité las bolsas de las manos y me dirigí a la cocina. Las dejé sobre la encimera y comencé a acomodar su contenido en armarios y en el frigorífico.

-Vuestra casa es la hostia –dijo Harry sentándose en la encimera, junto a las bolsas.

-Gracias. ¿Qué tal lleváis el nuevo álbum? –Pregunté.

-Bueno, bastante bien –dijo satisfecho.

-Si, he visto el video de Party Girl…Sales muy…Favorecido –dije sonriendo.

-Gracias, aun que la palabra que buscas es “sexy” –dijo riendo.

-No tienes abuela –dije golpeándole en el hombro suavemente.

Noelia apareció por la puerta.

-Oh… ¿Interrumpo?

-No, para nada –dije.

-Solo hablábamos del disco nuevo y del video de Party Girl –dijo Harry.

-¡Dios! ¿Tú sabes lo sumamente follable que sales en ese video? –dijo Noelia.

Al instante de haberlo dicho, ella se tapó la boca con una mano, mientras Harry sonreía ampliamente. Se escuchó un estallido de carcajadas. Danny, Tom y Dougie observaban desde el marco de la puerta.

-O sea que Harry es “follable” –dijo Danny sin parar de reír.

-Mmm… Interesante concepto, ¿eh, Harry? –saltó Tom

Me uní a sus risas y poco después, Noelia hizo lo mismo.

-Lo siento, no lo e podido evitar –dijo entre risas.

-Bah, no te preocupes. Me halagas –dijo Harry.

Dougie, inverso en un ataque de risa, captó la atención de todos. Se agarraba el vientre mientras trataba de controlar las carcajadas.

Danny le golpeó en el brazo, pero el bajista tardó unos minutos en calmarse. Le miré, entre divertida e impresionada. Mis ojos azules se encontraron con los suyos, del mismo color, y el sonrió. Aguanté la mirada.

Noelia movía la vista de Dougie a mí y viceversa.

Dougie seguía sonriendo y quemándome con la mirada, y yo parecía estar hipnotizada por él. Al fin, conseguí apartar la vista de sus ojos y, cuando miré a mí alrededor, observé que estábamos solos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario