-Bueno, pues a mi me parece que, con el buen día que hace, me voy a ir a nuestra piscina. Sola. Bueno, solas. Noelia y yo, yo y Noelia. Claro, que si hubiera cuatro chicos perfectos y buenos que quisieran hacernos compañía… -dije.
-¿Cuánto tiempo nos das para cambiarnos? –Preguntó Danny.
-Mmmm… No sé. ¿Vivís muy lejos? –Dijo Noelia.
-Más o menos. Un poco a las afueras –dijo Tom.
-Vale, pues os esperamos en… ¿Veinte minutos? -dije.
Abracé a Harry muy fuerte y el me dió un beso en la mejilla.
Observé como se montaban en el coche y se marchaban.
Nos fuimos a casa y nos cambiamos. Me puse mi mejor bikini y Noelia hizo lo mismo.
-¡Tía! Ahora que me acuerdo. Alex, el chico del hotel a llamado esta mañana preguntando por tí. Pero no he querido despertarte.
Salímos de casa y nos dirigímos a la piscina, que quedaba tapada de la vista de los curiosos por una valla. Unos minutos después, llegaron.
Danny, como no, me cogió en peso se lanzó conmigo a la piscina. Ya os he contado su pequeña obsesión por mi y por el agua.
Me reí mientras los demás entraban en el agua.
Nos pasámos la tarde haciendo el invécil y unas horas después, salimos del agua completamente arrugados. Entramos en casa y les dijimos a los chicos que podían ducharse. Uno por uno, lo hicieron. Harry, Danny y Noelia estaban abajo, viendo la tele, Tom en el jardín, hablando por teléfono, Dougie en la ducha y yo en mi habitación. De repente, alguien llamó a la puerta.
-Adelante -dije.
Dougie apareció, con la cintura envuelta en una toalla y con el pelo mojado.
-Hola -dijo sentándose a mi lado, en la cama.
-Estás pasándotelo bien con esta situación ¿no? -dije, intentando no mirar más abajo de su cara.
Pero era imposible, sus pectorales parecían gritar:¡Cris! Miranos y después muerdenos, somos muy dulces.Pero mi delirio no acababa aqui. No podía dejar de mirar la toalla que le tapaba a, como el lo llamaba "Willy".
Él lo notó y sonrió.
-Si, la verdad es que me lo estoy pasando genial -dijo, apartándome un mechón de pelo de la cara.</div>
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-Oh, que bonito me parece. Yo aquí, sufriendo porque estoy viendo quizá el mejor cuerpo del mundo y no puedo tocar y tu disfrutando con mi sufrimiento, pues ¿sabes qué? Yo..
De repente me besó. Fue un beso intenso, apasionado, subrealista...
-¿Y a ti quién te a dicho que no puedes tocar? -dijo cogiendo una de mis manos y colocandola sobre su pectoral izquierdo.
Jadeé, mientras él se pegaba a mi. Recorrió mi cuello, mi clavicula y mi torso con los labios mientras yo intentaba respirar.
Deslizó los tirantes de mi camiseta hacia abajo y desabrochó el cierre de mi sujetador.
-Las cosas no son siempre tan complicadas como crees -dijo mientras se quitaba la toalla.
Fue impresionante. Que digo impresionante, fue el mejor polvo de mi vida. Dougie era alucinante.
-Vale, definitivamente, no me creo esto -dije, apoyada contra su pecho, mientras él me acariciaba el pelo.
Hizo un gesto de indiferencia con los hombros y me mordió en la oreja.
-Creo que deberíamos bajar. A ver no es por que piensen mal, la verdad es que eso me la suda. Pero no quiero que piensen que estamos juntos, porque no es verdad -dijo Dougie.
Le miré.
-Y por si no te quedaba claro, esto ha sido solo un polvo.
Me levanté y recogí la toalla del suelo.
-Lárgate de aquí y no se te ocurra volver.
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