viernes, 17 de septiembre de 2010

17.

Respiré hondo y Harry se quitó de encima. Se acostó boca arriba a mi lado, jadeando pero sonriendo.
-Creo que esto supera el diez –dijo, inspirando y acariciando mi pierna derecha.
Me reí como una invécil. Hacía frío. Cogí una manta que había a los pies de mi cama y nos cubrí con ella.
Me acurruqué junto a Harry y él me abrazó. Era una manera genial de entrar en calor. Tras un largo rato, nos vestimos y bajamos al salón. El video chat habría terminado hacía tiempo. En realidad, no sabía cuanto tiempo llevábamos ausentes. Por desgracia, ninguno de nuestros amigos era tonto.
-¿Qué tal? –Dijo Danny, en un claro intento de sonsacarnos algo.
-¿Habéis tenido juerga? –Tom no se callaba una.
Giovanna y Noelia nos miraban, deseosas de que les contase algo.
Un rubor de vergüenza inundó mi cara, y la cara de Danny expresó una felicidad descomunal.
A mi lado, Harry se puso tenso. Le miré. Su vista estaba clavada en Dougie, que estaba de espaldas a nosotros, contemplando el fuego.
Harry me miró. Le cogí de la mano y él me dio un apretón mientras sonreía.
Tiré de él hacia la cocina y cerré la puerta.
Harry se sentó y me miró.
-Está hecho mierda –dijo.
-No tiene por qué.
-Chris, él te quiere.
-Bueno pues yo a él no -¡MENTIRA, CHRIS! Eso es una puta mentira.
Tenía muy claro lo que sentía por Dougie. Le quería. Con cada célula, con cada gota de mi sangre, con cada respiración… Vivía por y para él.
En cambio lo que sentía por Harry no estaba nada claro.
¿Amor? ¿Amistad? ¿Era posible amar tan intensamente a dos personas? La respuesta inundó mis pensamientos como si hubiera colocado la última pieza de un rompecabezas.
Miré a Harry y vi su expresión, idéntica a la mía.
-Creo…Creo que hemos… Confundido los sentimientos. Te quiero, muchísimo, pero es amor de “hermanos”… Te quiero como mi mejor amigo que eres. Ha sido un error –dije del tirón.
-Estoy totalmente de acuerdo. Esto no debería haber pasado –dijo Harry.
-Aunque…No ha estado mal. Eres el que tiene la energía, tanto en el escenario como en la cama. Eres alucinante –dije.
-Oh, pues…Gracias, supongo... Tú tampoco has estado nada mal –dijo Harry, sonriendo.
Sonreí y le ofrecí una cerveza.
-¿Puedo darte un consejo? –Añadió Harry-. Si de verdad quieres a Doug, y no intentes negarlo porque te mataré, no lo dejes escapar. No cometas el puto error que cometió él.
Asentí y le abracé.
-Te quiero mucho, hermanito.
-Yo más, hermanita. Sabes que estoy aquí para lo que necesites. Si es un polvo, yo me ofrezco voluntario –dijo. Capté la coña y me reí.
Salimos de la cocina y nos encontramos una escena extraña. Dougie seguía de espaldas, observando el fuego y los otros cuatro estaban en absoluto silencio, mirándole.
Harry se acercó a él.
-¿Qué pasa, tío? –Dijo el batería.
Doug se encogió de hombros.
-Tío, anímate.
Dougie levantó la cabeza y miró a Harry. Éste le susurró algo y unos minutos después, Dougie y Harry se abrazaron.
-Oh, Pudd –dijo Noelia
-¿Cómo has dicho? –Preguntó Danny -. ¿Pudd?
-Si, Pudd. Pero también está Pones, de Poynter y Jones; Fludd, de Fletcher y Judd; Flones, de Fletcher y Jones; Floynter, de Fletcher y Poynter…
-Vaya –susurró Tom, asombrado.
-Oh, se te olvida uno. Tiovanna, de Tom y Giovanna –dije.
La pareja se miró y sonrió.
-Entonces… Daelia sería… ¿Danny y Noelia? –Preguntó Danny.
-Exacto –susurró.
-Mola más Crougie, de Chris y Dougie –dijo el bajista.
-¿Crougie? Suena a marca de cereales –dijo Danny.
Las risas se extendieron por el salón.
-Tiovanna –repitió la novia de Tom lentamente –suena genial.
Mientras ellos hablaban del tema, cogí a Dougie por la mano y le saqué del salón.
Me miró y me acarició un brazo.
-Fui un capullo. Me porté como un puto invécil. Lo siento.
-No tienes que sentirlo, Dougie… Me ilusioné y…
-No intentes quitarme la culpa… ¿Hay alguna manera de que te…ilusiones otra vez? De que… ¿podamos estar juntos y olvidarlo todo? –Preguntó, cogiendo mi cara entre sus manos.
-Claro que si –dije, sonriendo.
Sus ojos azules se iluminaron. Dibujó círculos con los pulgares en mis mejillas y apoyó su frente contra la mía.
Mis manos colgaban a ambos lados de mi cuerpo.
-¿Eso significa que estoy perdonado? –Preguntó.
-Por supuesto –dije. Se acercó un poco más a mi boca.
-Te quiero –susurró.

1 comentario: